En tu misericordia sacaste al pueblo que redimiste. La liberación de Egipto fue una prueba del hecho de que Israel era el pueblo del Señor, el pueblo de Su redención, pero también que este milagro se debió únicamente a Su misericordia, y no a ningún mérito en ellos. Los has guiado con tu poder a tu santa morada. La experiencia pasada fue una promesa de más misericordias, y el profeta incluso ahora ve al pueblo establecido en su herencia, donde el Señor viviría en medio de ellos en la belleza de Su santidad.

Y sucedió que al anochecer subieron las codornices y cubrieron el campamento; se levantaron en el horizonte en grandes masas, como una densa nube, y su número habitual aumentó mucho por un milagro del Señor. Y por la mañana cayó rocío alrededor del ejército, alrededor del campamento.

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