Así eran sus rostros; y sus alas estaban extendidas hacia arriba, literalmente, "separadas desde arriba", y las cabezas estaban colocadas en cuatro cuellos separados; dos alas de cada uno estaban unidas una a la otra, entrelazándose así los extremos de los piñones extendidos, y dos cubrían sus cuerpos, como en santo temor y reverencia en la presencia de Dios.

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