Y Dios los bendijo, y Dios les dijo: Sean fructíferos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; y dominarán los peces del mar, las aves del cielo y todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. Así se le dio al hombre la bendición del Señor y se le transmitió el poder de reproducir los de su especie de acuerdo con las leyes de Dios. Pero el hecho de que Dios le dé el poder y el gobierno sobre todas las cosas animadas e inanimadas de la tierra indica que la propagación de la raza humana no es el proceso de mera reproducción animal, porque el hombre, como corona de la creación, está viviendo. en un plano superior.

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