Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Esto muestra la forma en que el Señor preparó el jardín. Jehová Dios hizo brotar y crecer de la tierra árboles de toda clase, agradables a la vista y con frutos que eran buenos para comer, combinándose así lo agradable con lo que promueve la salud.

Pero, sobre todo, estaba en medio del huerto el árbol de la vida, cuyo fruto habría dado siempre al hombre perfecta salud y fuerza y ​​así lo habría preparado para la perfección de la vida eterna, y el árbol del conocimiento del bien y el mal, colocado allí con el propósito de probar al hombre; porque por la obediencia al mandamiento de Dios concerniente a esto, Adán retendría su justicia y santidad concreadas y progresaría a la perfección de la bienaventuranza celestial, mientras que por la desobediencia llegaría a ser culpable de pecado con todo el daño concomitante.

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