Prepara la mesa, mira en la atalaya, come, bebe, el profeta en el espíritu testifica y describe una juerga en Babilonia. Levantaos, príncipes, y ungid el escudo para que no se oxide y se desvanezcan los golpes del enemigo. Así sucedían las cosas en Babilonia, y durante todo este tiempo su destrucción era inminente.

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