en ese día él, negándose a asumir esta obligación sobre sí mismo, jurará, diciendo, gritando en voz alta en protesta, No seré un sanador, al tratar de salvar el naufragio; porque en mi casa no hay pan ni ropa, es tan pobre y andrajoso como los demás; no me hagas un gobernante del pueblo, más bien, con mayor énfasis, "No me harás un gobernante". La descripción completa establece la desintegración, la decadencia de las naciones que preceden al fin.

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