Como pájaros que vuelan, revolotean sobre una nidada de novatos, así el Señor de los ejércitos defenderá a Jerusalén, revoloteando sobre sus habitantes con ansioso cuidado; defendiéndola también la librará, y pasando sobre ella la preservará, como el ángel destructor pasó por encima de las casas marcadas con sangre de los hijos de Israel en Gosén en el tiempo de la primera Pascua, Éxodo 12:13 ; Éxodo 23-27.

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