Porque él, el Siervo de Jehová, crecerá delante de él, el Señor, como planta tierna y como raíz de la tierra seca, retoño que brota de debajo de un tocón muerto. No tiene forma, no tiene atractivo ni hermosura; y cuando lo veamos, no hay belleza para que lo deseemos. En medio del desierto espiritual y la desolación de Israel, del tocón casi muerto de la casa y la familia de David, salió el Mesías, como un brote que brota de las raíces del tocón de un árbol.

Pero este acontecimiento extraordinario tuvo poca o ninguna influencia sobre los hijos de Israel. Porque no tenía forma atractiva; no había nada en Él que golpeara el ojo del hombre natural y lo atrajera hacia el Siervo del Señor.

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