Si un hombre muere, ¿volverá a vivir? Es la voz de la sospecha, del escepticismo, que quiere desterrar toda esperanza de futuro, la duda que intenta entrar de vez en cuando en el corazón de los creyentes. Todos los días de mi tiempo señalado esperaré hasta que llegue mi cambio. La figura se toma de la vida del soldado, que no abandonará su puesto hasta que sea relevado, dado de baja o intercambiado. La idea de una eventual liberación del reino de la muerte surge con bastante fuerza en este punto.

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