Pero su carne sobre él tendrá dolor, sintiendo dolor al pensar en su propia miseria, y su alma dentro de él se lamentará. El dolor está aquí, por personificación, de nuestros sentimientos en vida, atribuidos a la carne y al alma, como si el hombre pudiera sentirlo en su cuerpo al morir. Tenga en cuenta que la restauración del cuerpo junto con el alma se asume en este pasaje, en un despertar final de los muertos.

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