Han llegado los días de la visitación, con el castigo del Señor descendiendo sobre el pueblo apóstata, han llegado los días de la recompensa, con el Señor pagando los pecados de Israel en su santa venganza; Israel lo sabrá, al fin será plenamente consciente de ello; el profeta es un necio, se volverá necio con la inmensidad de la tragedia que sobreviene al pueblo, el hombre espiritual, el que está inspirado por el Espíritu del Señor, está loco, casi se volverá loco por las condiciones que se presenten entonces, por la multitud de tu iniquidad y el gran odio; Oseas aquí describe la terrible condición que lo volvería a él y a otros profetas casi locos, ya que vieron que la destrucción inevitable se acercaba y, sin embargo, no pudieron evitarla, porque Israel no escuchó las amonestaciones destinadas a provocar su arrepentimiento.

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