Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo mataré yo, destruyéndolo, matándolo por su pecado; al que tiene una mirada alta, un porte arrogante y altivo, y un corazón orgulloso, hinchado de altivez insolente, ¿no sufriré yo? David lo repudiaría sin más, no permitiéndole permanecer en su vecindad.

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