Levántate, oh Señor, otra vez el sonoro llamamiento de David, defraudalo, sal al encuentro del adversario y para anticipar su maldad, derribalo; libra mi alma de los impíos, de todos los injustos bajo el liderazgo de Satanás, que es tu espada, con su espada omnipotente, el Señor rápidamente traerá liberación,

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