Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas. Los malvados de todos los tiempos resienten la dignidad real y el poder, el gobierno de Jesucristo; consideran el llevar de su suave carga, Mateo 11:30 , como un atado con ataduras , como un aprisionamiento con cuerdas. Quieren vivir en el desenfrenado libertinaje de sus corazones. Pero, ¿cómo considera el Señor esta rebelión de las naciones y de sus gobernantes?

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