Te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir, dirigiendo la mirada del Señor sobre cada creyente; Te guiaré con mis ojos, aconsejándole con sus ojos puestos en él. Esa es una consecuencia de la justificación del pecador, la nueva obediencia, su disposición a andar en los caminos del Señor.

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