Inclinaré mi oído, en la actitud de la más cuidadosa atención, a una parábola, un proverbio y una ilustración de la verdadera sabiduría revelada por Dios mismo; Abriré mi oscuro dicho, el consejo de Dios, su providencial trato con los hombres, que muchas veces a los creyentes les parece un enigma inexplicable, sobre el arpa, es decir, acompañaba sus explicaciones con una melodía de cítara, su himno. siendo de una naturaleza que otros también podrían jugarlo y encontrar consuelo en sus instrucciones.

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