Moab, mencionado aquí a modo de contraste, es mi vasija, ya que está obligado a realizar el trabajo de un sirviente al sostener una palangana para el rey; sobre Edom arrojaré mi zapato, para indicar que este país fue reducido al rango de esclavo; Filistea, triunfa tú por mí, más bien, "clama en voz alta", como alguien que ha sido vencido y ahora llora de angustia y terror. Siendo la victoria tan segura, el conquistador está ansioso por emprender su marcha victoriosa.

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