¿Por qué saltáis, altísimos montes? las otras montañas de muchos picos miraban con envidia esta morada del Señor y Su Iglesia. Este es el monte en el que Dios desea habitar; sí, el Señor morará en ella para siempre, y todos los poderes de las tinieblas no podrán derribar la Sión espiritual.

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