Los montes traerán paz a la gente, y los collados, por la justicia, las bendiciones de la misericordia de Dios fluyen sobre los creyentes, por así decirlo, en arroyos. La justicia es un regalo que desciende de lo alto, trae consigo la paz del Padre celestial y da como resultado una tranquila satisfacción mental, el creyente confía en la posesión de la justicia imputada.

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