Oh Señor, Señor nuestro, Jehová, nuestro Gobernador, ¡ cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! La congregación aquí alaba la huella y la evidencia del ser de Dios, tanto en las obras de la creación como en los milagros de la redención. Que has puesto tu gloria sobre los cielos, sobre todos los cielos; porque están equipados y adornados con Su gloria. Este Señor, cuya infinita excelencia y majestad se refleja en los cielos, es glorificado también aquí en la tierra, en medio de Su congregación.

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