Tú les respondiste: Señor, Dios nuestro; Tú fuiste un Dios que perdonó a todo el pueblo de los hijos de Israel, aunque te vengaste de sus inventos, castigándolos por sus fechorías, por sus actos de rebelión. El perdón no incluye la remisión del castigo que acompaña a muchos pecados; el castigo, más bien, produce una mayor humildad.

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