Cada recipiente lleno

2 Reyes 4:1

El ministerio de Eliseo no fue sorprendente. Fue redentor y constructivo. Las viudas acudían a él en busca de ayuda contra sus acreedores; las madres apelaron en nombre de sus hijos; el veneno quedó impotente; y se multiplicaron los panes. No juzgues el poder por el ruido que hace. El rocío despierta menos atención que una tormenta, pero puede ser más refrescante. Una vida llena de un ministerio silencioso se comparará con una cuyos arrebatos de pasión son seguidos por reacción y depresión. Doce horas de sol al día, año tras año, son preferibles al verano de luz diurna en el Círculo Polar Ártico, seguido de meses de medianoche.

Cuando nuestra necesidad es urgente y la esparcimos ante Dios, la pregunta nunca es por la cantidad de aceite, sino por los vasos vacíos. Tememos que no haya suficiente petróleo; A Dios le preocupa que no podamos traer suficientes vasos para contener todo lo que Él quiere dar. El aceite se multiplicó en el vertido, como la comida de la otra viuda aumentó en el gasto. El aceite de Dios nunca se agotará mientras podamos recibir e impartir. De acuerdo con nuestra fe se hará. No se trata de cuánto puede dar Dios, sino de cuánto podemos usar.

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