Leyes de conducta y adoración

Éxodo 23:1

Podemos aplicar estos diversos preceptos a nuestro propio corazón. Muchos de ellos respiran el mismo espíritu de Cristo. Debemos vigilar nuestro discurso, para que el carácter de ningún hombre se vea afectado por nuestros chismes o calumnias. Debemos atrevernos a defender la verdad, aunque estamos absolutamente solos. Con toda bondad y buena voluntad debemos salvar a nuestro vecino del daño, aunque nos haya desahogado. Nunca nos corresponde a nosotros aprovecharnos de él; Dios tratará con él en nuestro nombre, y en su propio tiempo y manera.

No nos preocupemos por hacer el mal. El ejemplo de David al negarse a herir a Saúl cuando su enemigo acérrimo estaba a su alcance es un ejemplo inspirador que debemos seguir. Debemos mantener un equilibrio equitativo para un trato justo y honorable con todos los hombres; y cultivar la observancia del sábado del corazón. En cada vida, también, debe haber un recuerdo perpetuo del Calvario, la Resurrección y Pentecostés, ¡las tres fiestas del alma!

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