Rompiendo los lazos de la tradición

Marco 7:1

Los fariseos pusieron gran énfasis en el ritual. Siguieron reglas interminables, intrincadas y problemáticas, en cuanto a abluciones y ceremonias externas. Mientras sus devotos fueran cuidadosos en las observancias menores, se les permitió una amplia licencia en lo que respecta a los asuntos más importantes de la Ley. Ésta es una tendencia natural del corazón humano. Se alegra de poder reducir su vida religiosa a una obediencia exterior y literal, con tal de que sus pensamientos estén libres de obstáculos.

En la vida de verdadera santidad, todo depende del control de los pensamientos. "Como un hombre piensa en su corazón, así es él". Con infinita sabiduría, el sabio dijo: “Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida”, y Jesús puso los “malos pensamientos” en primer lugar en la categoría negra del contenido del mal corazón. Una pandilla de ladrones a veces pone a un niño muy pequeño a través de una ventana diminuta para que pueda abrir la puerta principal.

Entonces, un pensamiento maligno a menudo admitirá a toda una tripulación de maldad. Corazón mío, ¿has aprendido esta lección? ¿Eres lo suficientemente cuidadoso con tu limpieza? Que las manos se laven con frecuencia, que los vasos de uso doméstico se mantengan limpios, que haya decoro y pulcritud en la vida exterior, todas estas costumbres son buenas. Pero te conviene preguntar si no estás más ansioso por la limpieza exterior que por la interior. “Crea en mí un corazón limpio”, debe ser tu oración constante.

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