En general, se concede que este salmo está estrechamente relacionado con el anterior. Hay una evidente similitud de perspectivas. En cada caso, el cantor declara su abstención de complicidad con hombres impíos. En ambos salmos se apela a Dios, y la esperanza final del alma es una comunión más plena con él. Sin embargo, por supuesto, la principal impresión de la comparación es el contraste. En el primero, se hace referencia al peligro de manera incidental. Aquí, se describe y es la ocasión de la efusión del alma.

Los dos ejercicios del sacerdocio se ejemplifican en los salmos. En el primero se ofrecen los sacrificios de alabanza. En este se presentan las peticiones de necesidad. Primero, el motivo de la apelación es la rectitud de corazón, habla y acción del cantante. Luego pasa a otro reino superior, la confianza del cantante en Dios. Se le conoce por ser Aquel que salva a los que confían. La conciencia de su ternura aparece en las expresiones utilizadas:

Guárdame como a la niña de los ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas.

Después de una descripción del peligro inmediato, el cantante vuelve a pedir ayuda y la canción termina con la expresión de bendición asegurada y la declaración de la única y completa satisfacción.

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