Por tanto, mira bien cómo caminas, no como insensato, sino como sabio, ganando tiempo porque los días son malos.

El cristiano debe vivir una vida de pensamiento cuidadoso. No comete errores a ciegas, sino que sopesa su vida y aprovecha al máximo su tiempo, "comprando el tiempo", para traer la mayor gloria a Dios. Él se asegura de caminar en la luz ante Dios, y en estos 'días malos' se asegura de que su vida sea una fuerza para el bien. Camina como uno de los verdaderamente sabios, en contraste con los insensatos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad