En cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su apariencia era como carbones encendidos, como la apariencia de antorchas. Subía y bajaba entre los seres vivientes, y el fuego brillaba, y del fuego salían relámpagos. Y las criaturas vivientes corrieron y regresaron (RSV 'se lanzó de un lado a otro) como la aparición de un relámpago'.

El escritor recurre a todos los recursos conocidos por el hombre como fuentes del esplendor de la luz, además de los cuerpos celestes (que no desearía asociar con la escena debido a su importancia en el culto babilónico). 'Carbones encendidos', 'antorchas' y 'relámpagos'. El pensamiento es de esplendor y gloria, rapidez, santidad y posiblemente el juicio resultante. La idea no es analizar, sino maravillarse ante la gloria y el esplendor de la vista.

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