"No es que busque el regalo, sino que busco el fruto que aumenta a tu cuenta".

Por eso, enfatiza que no deben pensar por lo que él había dicho que él era alguien que buscaba un regalo. Como vemos en sus otras cartas, estaba muy preocupado de que alguien pensara que buscaba beneficiarse materialmente de la predicación del Evangelio. De este modo les hace saber que su gran esperanza en el asunto era más bien que su ofrenda fuera vista por Dios como "fruto que aumentaba en su cuenta". Al final, lo que buscaba era una recompensa para ellos, no un beneficio para sí mismo, algo que siempre es la prueba del verdadero hombre de Dios.

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