Y trajeron vivo al muchacho, y fueron consolados no poco.

Y llevaron al joven con ellos, un testigo vivo del poder de Dios para resucitar a los muertos, y recibieron gran consuelo de lo que había sucedido. Con un Dios como este obrando a través de Pablo, ¿qué podían temer él o ellos? Todos habían tenido más pruebas del poder de la vida que operaba en el mundo.

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