Por tanto, dice él, que desciendan conmigo los poderosos entre vosotros, y si algo anda mal en el hombre, lo acusen.

Señaló que si tenían algún cargo que quisieran presentar contra Pablo, los que tenían autoridad podían ir con él a Cesarea y allí podrían continuar con su caso. Si consideraban que había algo mal con él, ese era el lugar para acusarlo de ello. Posiblemente el capitán en jefe, o algún otro oficial, había insinuado que no todo era como parecía.

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