'Y cuando hubo dicho esto, uno de los oficiales que estaban allí golpeó a Jesús con su mano, diciendo: "¿Respondes al Sumo Sacerdote de esta manera?" Jesús le respondió: "Si he hablado mal, testifica de qué manera es el mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?"

Un oficial que estaba parado lo golpeó. Este comportamiento era típico de una autoridad arrogante. A este hombre no le gustó que Jesús le diera una respuesta segura. El propósito de esta audiencia fue para someterlo, no para que Él pudiera defenderse. Los acosadores siempre se aprovecharán de las situaciones para parecer importantes y ganar el reconocimiento de sus superiores. Anás podría haber demostrado su carácter interviniendo. Pero su objetivo también era la sujeción. Se demostró que le faltaba carácter. Se pone de manifiesto claramente la naturaleza brutal e irrazonable del examen.

Y Jesús silenciosamente les hizo a todos conscientes de su culpa. No era su supuesta maldad lo que les preocupaba, sino su propio engrandecimiento personal.

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