Por tanto, no nos juzguemos más los unos a los otros, sino juzgad vosotros esto, que nadie puso tropiezo en el camino de su hermano ni ocasión de caída.

En vista de este tribunal venidero, por lo tanto, ya no deberíamos juzgarnos los unos a los otros con respecto a los detalles de nuestra respuesta al SEÑOR. Más bien, nuestro juicio debería ser que no deberíamos poner tropiezo ni ocasión para caer en el camino de nuestro hermano o hermana. No debemos buscar fallas, sino cómo podemos ayudar. Nuestro objetivo en todo momento debe ser ayudarnos unos a otros para que ninguno de nosotros tropiece. Esto será lo que más glorifique a Cristo. Luego, Pablo relaciona este principio con la pregunta en cuestión.

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