Apocalipsis 19:16

Cristo el Soberano Universal.

I. El título del texto testifica de las cualidades reales y permanentes de Cristo. El verdadero rey no es simplemente el hombre que reina, sino cuyas cualidades lo distinguen para el dominio. Él es, como indica el título mismo, el mejor regulador, o, como decimos en nuestro habla sajona, el hombre que puede, el hombre capaz, el hombre que puede mandar, no simplemente porque puede dominar la fuerza bruta que obliga al hombre. débil para someterse, pero las cualidades sabias y buenas que hacen que sea un privilegio obedecerle, y que muestra a los hombres lo que es conveniente y mejor para ellos hacer.

Cristo es el Rey ideal del mundo, el objeto de todos sus anhelos, ya sean relatados en una historia o expresados ​​en una canción. Sus héroes fabulosos o los verdaderos reyes a quienes más ha honrado, casi deificando a algunos de ellos, por el bien que han conferido a su pueblo, existieran o no, como se ven a través de la bruma que la distancia y el romance han rodeado. para ellos estos hombres, en la medida en que eran buenos, no son más que tipos oscurecidos y sombríos del todo perfecto. Él combina en sí mismo todo lo que había en ellos de realeza, mientras que está exento de todas las imperfecciones por las cuales se estropeó su carácter real.

II. Entonces, nuevamente, el pasaje afirma Su control sobre el más poderoso y exaltado de los hombres, porque aunque Su dominio no es tan extenso como está destinado a ser, y el título que Él lleva no ha alcanzado aún su significado más completo, es Sin embargo, es cierto que incluso ahora ejerce control sobre los reyes de la tierra. Ya sea que reconozcan o no Su autoridad, todavía están bajo Su dominio.

III. Este título predice Su dominio universal, y al hacerlo, no hace más que coincidir con otras Escrituras, que, por mucho que difieran en cuanto a los medios por los cuales se debe lograr una consumación tan deseable, son uno en la creencia de que el mismo Señor que gobierna en la naturaleza y en la providencia está todavía por extender Su dominio y ser el Rey reconocido sobre toda la tierra.

W. Landels, Penny Pulpit, Nueva Serie, No. 313.

Referencias: Apocalipsis 20:1 . Homilista, tercera serie, vol. VIP. 162. Apocalipsis 20:4 . Spurgeon, Sermons, vol. vii., No. 391. Apocalipsis 20:11 ; Apocalipsis 20:12 . Revista homilética, vol. xiii., pág. 70.

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