Daniel 6:22

I. Note el funcionamiento de una extraña conspiración. Una delegación influyente le pide al rey que promulgue una ley a este efecto: que ningún hombre, dentro de treinta días, haga una petición a Dios oa los hombres, excepto al rey; que si lo hiciera, sería arrojado al foso de los leones.

II. Note el objeto de la conspiración Daniel. Odiaban a este hombre a causa de su fe. En medio de la chusma de deidades, dioses y diosas, con todo su esplendor y toda su autoridad circunstancial, en Babilonia, él era fiel a su adoración del único Dios viviente; fiel a Jehová y fiel al pacto. Daniel fue odiado por su extraña, santa y excéntrica fe; fue odiado por la vida que brotó de la fe.

También lo odiaban porque era un hombre de dones excepcionales; se enfermaron de envidia al ver esos raros obsequios. Perteneció por presidencia a los Magos, no al orden sacerdotal, sino al científico. Lo odiaban por su supremacía en el cargo.

III. Note el efecto de esta conspiración. (1) El efecto fue primero, sacar a relucir la confesión de Daniel. (2) Dios envió a su ángel para tapar la boca de los leones, y podemos imaginar sus movimientos suaves y acariciadores, como dice John Foster, alrededor de Daniel, tal como solían ser alrededor de Adán en el paraíso. No estamos en circunstancias similares, pero cada uno de nosotros es probado a veces hasta el máximo de nuestros poderes. Tienes leones de algún tipo que enfrentar; abran sus ventanas hacia el Calvario; abran sus ventanas hacia el Gran Sacrificio.

C. Stanford, Christian World Pulpit, vol. xxi., pág. 328; ver también Expository Sermons and Outlines on the Old Testament, pág. 297.

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