Filipenses 2:5

Estas delineaciones de Cristo revelan el verdadero método de prestar servicio moral al hombre. La liberación y el progreso humanos seguirán siendo una teoría solo hasta que los hombres comiencen a trabajar en el método aquí establecido. Los grandes programas filantrópicos deben comenzar en Belén y comprender los misterios del Gólgota si alguna vez ascienden desde Betania a los cielos. Para servir al hombre, Cristo se hizo hombre; por eso, al servir a los demás, debemos identificarnos con ellos.

I. Esta identificación de sí mismo con la raza humana hizo que Cristo fuera accesible a todas las clases. Nosotros también, en nuestro trabajo filantrópico, debemos bajar.

II. La piedad de Cristo no era un simple dedo índice. En lugar de decir: "Ese es el camino", dijo, "Yo soy el camino". Toda la vitalidad moral de un hombre debe constituir su poder redentor.

III. ¿No degrada a un hombre tener esta asociación personal con el vicio y la miseria humanos? La respuesta se puede dar en una pregunta: ¿Cristo fue degradado? El espíritu de un hombre determinará su destino. La benevolencia brotará incontaminada como un rayo de sol, hermosa como la flor más pura del verano.

IV. La condescendencia no es degradación. Cristo habla en monosílabos, por así decirlo; Pronuncia cada palabra con énfasis, dándole a cada una una amplia circunferencia, hasta que cada tono penetra en el oído del oyente. Sé semejante a Dios y desciende a aquellos a quienes quieres salvar.

Parker, City Temple, vol. ii., pág. 213.

Referencias: Filipenses 2:5 . C. Kingsley, Town and Country Sermons, pág. 193; Revista del clérigo, vol. iii., pág. 82; J. Vaughan, Cincuenta sermones, segunda serie, pág. 52.

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