Lucas 8:18

A pesar de la importancia que aquí se atribuye a la predicación, muchos de los que escuchan sermones no son mejores para ella. De hecho, nuestro Salvador más que insinúa en el texto que tal puede ser el caso, y de ahí su enfática advertencia: "Mirad, pues, cómo oís". Varias clases de personas, que se encuentran en cada congregación, deben prestar atención a esta advertencia.

I. En el primer rango de éstos se puede colocar al oyente indiferente.

II. Otra clase que debería prestar atención a las advertencias del texto está representada por el oyente crítico.

III. Una tercera clase de asistentes a la iglesia que obtienen pocos beneficios de la predicación pueden describirse como oyentes cautivos. Note tres reglas simples con respecto a escuchar sermones: (1) Esfuércese siempre por escuchar la predicación del Evangelio con una mente libre de prejuicios. (2) Los sermones deben escucharse con el deseo de sacar provecho de ellos. (3) Los sermones deben escucharse con humilde dependencia del Espíritu Santo de Dios, para abrir el entendimiento y tocar el corazón.

JN Norton, Golden Truths, pág. 334.

Referencias: Lucas 8:18 . Preacher's Monthly, pág. 213; Parker, Commonwealth cristiano, vol. VIP. 503; JM Neale, Sermones en Sackville College, vol. i., pág. 87; CC Bartholomew, Sermones principalmente prácticos, pág. 157; J. Kelly, Christian World, Pulpit, vol. xviii., pág. 51. Lucas 8:22 . Preacher's Monthly, vol. iii., pág. 249. Lucas 8:23 . Ibíd., Vol. ii., pág. 253.

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