Marco 4:26

Crecimiento misterioso.

Poco pensamos en lo mucho que está sucediendo siempre en lo que podríamos llamar el subsuelo de la vida; y cuánto más tenemos que ver con esos procesos secretos que subyacen a todo, de lo que pudiera parecer a primera vista.

I. Porque todos estamos, nos demos cuenta o no, siempre echando semillas, y esas semillas, aunque parezcan muertas, siempre están vivas. Cada palabra que decimos, cada acto que hacemos, pasa a la mente de alguien y vive allí; y ahí tiene su influencia. En qué terrible consideración podría volverse esto.

II. Miras a un hombre hoy y no ves nada en él. Puedes mirarlo mañana y hay un cambio en ese hombre, evidente, palpable. El capullo puede estar espiando, o el fruto puede brotar por completo, tal como a Dios le plazca. Pero llegará a su tiempo; saldrá en una vista distinta; será como las estrellas se despiertan al atardecer; será cuando Jesús resucitó sin ser visto de Su tumba. Si comienzas a preguntar el cuándo y el dónde y el por qué y el cómo, solo puedo decir: "Así es el reino de Dios, como si un hombre arrojara semilla en la tierra, y duerma y se levante de día y de noche. y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.

Porque la tierra da fruto por sí misma; primero la hierba, luego la espiga, después el grano lleno en la espiga. "Es muy bondadoso por parte de Dios darnos este amplio margen de pensamiento, ver Su propia obra en el corazón es algo oculto durante tanto tiempo. ¿Y quién puede Dime dónde, en este momento, puede estar sucediendo, bajo la superficie más inverosímil. Es bueno tener fe en la salvación de todos, y así considerar y tratar a todos con esperanza, con honradez.

Quién sabe, si el proceso está tan lejos de la vista, si no está sucediendo en nadie en este momento. Padres y madres, que han echado la semilla temprana, han dormido de gran dolor, y muchos días y muchas noches se han levantado para ver lo que ha sucedido con toda su siembra en el corazón de su hijo. Pero no ves nada. Servir. Puede que todo esté ahí. Y el brotar y crecer será que no sabes dónde, y no sabes cómo.

J. Vaughan, Sermones, 1865, No. 33.

Referencias: Marco 4:26 . J. Burton, Vida y verdad cristianas, pág. 293; Preacher's Monthly, vol. ix., pág. 185. Marco 4:26 ; Marco 4:27 . J. Vaughan, Cincuenta sermones, sexta serie, pág. 68.

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