Marco 6:20

El peligro de jugar con las convicciones espirituales.

I.No hay mayor peligro que el de divertirnos con la verdad de Dios, complacernos en escucharla, participar en discusiones sobre religión y los objetos relacionados con ella, pero sin convertirla en la regla de acción, o hacer realmente algo para promover esos objetos. . La historia de Herodes que nos presenta el texto contiene un ejemplo notable de esto. Podemos imaginarnos con qué emociones de alarma pudo haber escuchado el rey lascivo la historia del hombre salvaje sobrenatural, con su proclamación de un reino celestial a la mano, a quien acudió toda la nación.

Su propia laxitud moral y de vida lo predispondría a ser golpeado por la vida severa y auto-mortificada que llevó el Bautista. Su propia violación de la ley divina y humana fue reprendida por la presencia de ese hombre, santo y justo. El impuro Herodes vio en Juan a uno a quien las sombras de la eternidad parecían rodear visiblemente. Oír hablar de él era como entrar en la nube, y al entrar, tuvo miedo.

II. "Hizo muchas cosas". ¡Ah! es precisamente en este punto cuando toda la historia se vuelve tan intensamente práctica. Cuales fueron esas muchas cosas que Herodes enmendó por orden de Juan, las conjeturamos en vano. Quizás se eliminaron algunas de las corrupciones más graves de su conducta repugnante, o puede ser que Juan pudiera detener al rey obstinado en algún acto ocasional de crueldad, o persuadirlo de que preste alguna atención externa a la adoración externa de Dios; pero no pudo, no lo convirtió en una reforma completa de su propia vida. La única voz que alguna vez había despertado el mejor espíritu dentro de él se apagó en sangre, y el último estado se volvió peor que el primero.

III. De la historia de Herodes aprendemos (1) cómo puede suceder que un hombre que ha manifestado cierto interés y deferencia por la religión se vuelva contra la religión cuando ésta ataca a su preciado ídolo. (2) Cómo la instrucción religiosa, cuando no se sigue honestamente, se convierte en una trampa.

JR Woodford, Sermones sobre temas del Nuevo Testamento, pág. 26.

Referencias: Marco 6:20 . Spurgeon, Sermons, vol. vi., núm. 347 vol. xxvi., nº 1548; Expositor, primera serie, vol. vii., pág. 136; A. Barry, Cheltenham College Sermons, pág. 229. Marco 6:21 Revista homilética, vol. xiii., pág.

148. Marco 6:22 . Expositor, primera serie, vol. vii., pág. 133. Marco 6:25 . Revista del clérigo, vol. i., pág. 25; Outline Sermons to Children, pág. 143.

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