Mateo 13:3

I. El camino trillado. Pensemos en ese tipo de personaje que aquí se presenta bajo la imagen del borde del camino. Es un corazón pisoteado por los pies que lo han atravesado; y por ser pisoteado, un corazón incapaz de recibir la semilla sembrada. La semilla cae sobre él, no sobre él. Observe dos o tres formas en las que el corazón es pisoteado. (1) El corazón está pisoteado por la costumbre y el hábito.

Hay un proceso en curso que hace que sea absolutamente seguro que, cuanto más avance en la vida, menos capaz será de ser influenciado incluso por las verdades más divinas de la Palabra de Dios. (2) El corazón es pisoteado por el pecado. No es la menor tristeza y espantosa de las consecuencias generalizadas del pecado, que trabaje uniformemente en la dirección de los hombres incapaces de recibir el amor de Dios. Cuanto más lo necesitemos, menos podremos aferrarnos a él.

(3) El corazón es pisoteado por los mismos pies del sembrador. Cada sermón que un impío escucha y que lo deja impío, lo deja, no como lo encontró, sino más difícil por el paso de la Palabra una vez más a través de su corazón, más fuerte por el rechazo una vez más de la gracia de Dios.

II. La semilla perdida. Sembrado en la superficie de un corazón endurecido, permanece allí un rato y no hace nada. Pero solo por un tiempo; pronto se lleva a cabo. El que siembra cizaña, echa raíces de trigo y no deja de barrer la semilla. Sus instrumentos elegidos son esas bandadas ligeras, de alas rápidas y aparentemente inocentes de pensamientos voladores, que se abalanzan sobre sus almas incluso cuando el mensaje del amor de Dios resuena en sus oídos.

En la mayoría de los hombres, es la constante sucesión de pequeñas preocupaciones, la constante ocupación del corazón y la mente con temas triviales y el bien pasajero, más que cualquier resolución consciente fija de cerrar sus almas contra Cristo y Su amor, lo que les roba la Palabra a sus seres humanos. recuerdos y pensamientos. "Debemos prestar más atención a las cosas que hemos oído, no sea que en algún momento seamos desviados de ellas".

A. Maclaren, Sermones predicados en Manchester, segunda serie, p. 280.

Referencias: Mateo 13:3 . Homiletic Quarterly, vol. iv., pág. 429. Mateo 13:3 . R. Winterbotham, Sermones y exposiciones, pág. 119; JR Macduff, Parábolas del lago, pág. 49. Mateo 13:3 .

Homiletic Quarterly, vol. ii., pág. 50; G. Salmon, cristianismo no milagroso, p. 135. Mateo 13:3 . S. Cox, An Expositor's Notebook, pág. 213.

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