Mateo 19:16

Considere esta historia como una lección sobre la conexión entre la esperanza de la vida eterna, o la felicidad eterna, y la realización de buenas obras.

I. Supongo que el joven de la historia creía plenamente que la vida eterna de la que hablaba era la mayor bendición que podía obtener. Además, no pensaba que la vida eterna fuera algo fácil de obtener; se había dado cuenta en gran medida de la verdad de que el camino de la vida es angosto y el camino de la destrucción amplio, y no creía que la cuestión de su paz eterna fuera una que pudiera dejarse con seguridad para que se cuidara por sí misma, y ​​que si no pisoteaba gravemente los mandamientos, al menos le iría tan bien como a sus vecinos.

El Señor le habla de un camino por el que podría asegurar el fin que tenía a la vista; era una propuesta para permitir un trueque (por así decirlo) en este caso particular, de la riqueza actual y la facilidad por el tesoro prometido del cielo. Y la gran moraleja de la historia es esta, que el joven no haría el intercambio.

II. Tomemos la historia como una prueba de que es posible que un hombre tenga un tesoro en el cielo prometido con la condición de que haga el sacrificio de todas sus riquezas terrenales y de que la oferta sea rechazada. Y este hecho puede servir como una respuesta a los que se han opuesto a la religión cristiana, ya que defrauda el carácter de la virtud al asignar recompensas por la práctica de la misma. El temor de quienes sean sobornados para la santidad por la misma esperanza de obtener ganancias en el cielo que de otro modo se habrían contentado con llevar vidas impías, es un temor del que los filósofos pueden hablar, pero al que la vida común no dará color ni fundamento.

III. Necesitamos algo más que la mera esperanza de recompensa para permitirnos realizar cualquier gran acto cristiano, y la religión de Cristo proporciona ese motivo, y el Nuevo Testamento representa a los apóstoles actuando sobre ese motivo. Si pregunta cuál fue el principio que hizo a los apóstoles lo que eran, no puede tener ninguna duda al responder que fue el "amor constreñidor de Cristo".

Obispo Harvey Goodwin, Sermones parroquiales, tercera serie, pág. 198.

Referencias: Mateo 19:16 . Spurgeon, Evening by Evening, pág. 154. Mateo 19:16 . a Mateo 20:16 . H. Wace, Expositor, segunda serie, vol. i., pág. 401.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad