INVITADOS OBLIGADOS

Oblígelos a entrar.

Lucas 14:23

Nuestro Señor siempre estuvo dispuesto a cambiar las circunstancias del momento hacia un buen final. Así, cuando estaba a la mesa, se le ocurrió representar los privilegios de los invitados al banquete del Evangelio.

I. La provisión hecha por la bondad divina — El Antiguo Testamento había representado la satisfacción y el disfrute espirituales bajo la semejanza de una fiesta, una mesa bien distribuida. '¡Ho! todo aquel que tenga sed », etc. Y nuestro Señor en Sus discursos, y mediante algunos de Sus milagros, había impreso en la mente de los hombres la felicidad de participar en la provisión hecha por la sabiduría y la beneficencia divinas para las necesidades espirituales de los hombres. Él se había declarado a Sí mismo como el Pan de Vida, el único capaz de apaciguar el hambre y sostener la vida y la fuerza del alma.

II. La invitación publicada por la misericordia divina .

( a ) Los ministros y mensajeros del Señor dirigen una citación: "¡Ven!"

( b ) Se hacen declaraciones que deberían tener el efecto de producir un cumplimiento inmediato: "¡Todo está listo!"

( c ) La invitación está dirigida a 'muchos' y a personas de muy diversa posición, ocupación y carácter.

III. La insensibilidad mostrada por muchos de los invitados a ser los invitados al banquete espiritual . Observe la indiferencia mostrada, las excusas ofrecidas, los cursos preferidos a la aceptación del llamado evangélico. Algunos están detenidos por la propiedad, otros por negocios, otros por placer.

IV. La urgencia con la que la invitación del Evangelio se dirige a todas las clases y condiciones de hombres .

( a ) Ninguna posición en la vida, ninguna pecaminosidad previa, se consideran un obstáculo. Las calles y veredas de la ciudad, las carreteras y los setos del campo, deben ser frecuentados por los mensajeros del Evangelio en el desempeño de sus benévolas funciones.

( b ) Debe emplearse la urgencia y la súplica, y los hombres deben ser, mediante la presentación de motivos e incentivos, constreñidos, obligados a entrar.

( c ) Así quedará satisfecho el gran corazón del Señor cuando su casa se llene y las multitudes sean alimentadas.

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