Y cambió su comportamiento ante ellos.

David escarbando en la puerta

Tomando el comportamiento de David como una sugerencia, deseo decirles cuántos de los sabios, los valientes y los regios a veces se hacen el tonto.

I. Observo que esos hombres se hacen el tonto tan mal como este hombre del texto, que en cualquier crisis de la vida sacan su caso de la mano de Dios. David, en este caso, actuó como si no hubiera Dios para sacarlo de la situación. La vida del hombre más insignificante es demasiado vasta para cualquier gestión humana.

II. Observo que todas esas personas se hacen el tonto, con tanta certeza como lo hizo este hombre del texto, que permiten que los tecnicismos de la religión detengan su salvación.

III. Voy aún más lejos y les digo que esos hombres se hacen el tonto que se comprometen a pagar la eternidad por el tiempo.

IV. Les digo que esos hombres se hacen el tonto que, mientras admiten la justicia de la religión, la dejan para asistir en el futuro. ( T. De Witt Talmage. ).

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