Tus manos no fueron atadas, ni tus pies con grilletes.

La moral de la aflicción

I. Lo que hay en el texto expresivo de escenas aflictivas.

1. Observemos que el texto contiene el discurso, que fue pronunciado en la tumba de una persona muy respetable.

2. Lo siguiente que se observa en el texto es la manera de describir una muerte provocada por la vileza más execrable.

3. El texto concluye asegurándonos que la preocupación por tal muerte, de tal persona, era profunda y universal.

II. Qué lecciones tan útiles tiene una tendencia más peculiar a inculcarnos una escena de aflicción así.

1. Debería convencernos más profundamente de que el pecado es el peor y más grande de todos los males.

2. Este escenario de aflicción puede llevarnos a reflexionar sobre la vanidad que acompaña a la vida humana, incluso en su estado más próspero. Dejemos que Ira, en esta ocasión, reconozca con gratitud nuestras obligaciones con la Divina Providencia, por la continuidad de nuestras vidas y comodidades. ( B. Fawcett, M. A. )

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