Cada uno tenía cuatro caras; la primera cara era la cara de un querubín.

El ministerio cristiano

El texto parece tener una clara referencia a las huestes angelicales, esos ministros de Dios que hacen Su voluntad. Parecerse a éstos debería ser el gran deseo de todo cristiano, que la voluntad de Dios se haga en la tierra como se hace en el cielo. Pero este debería ser especialmente el caso del ministro cristiano: su oficio se parece mucho al de las santas inteligencias de arriba; es un mensajero de Dios para la humanidad, un ángel de la Iglesia, y por eso le conviene estudiar el carácter y emular la santidad de los querubines y serafines en el cielo.

I. El primer rostro era el de un querubín. El símbolo--

1. De exaltada dignidad. Morando alrededor del trono de la Deidad. Sus embajadores especiales, etc. Ningún oficio puede ser más exaltado que el del ministerio cristiano. Es aquello para lo que Jehová designó a su propio Hijo. Un escritor comenta curiosamente: "Dios tuvo un solo Hijo, y lo hizo predicador". “Trabajadores juntamente con Dios”, etc.

2. De elevada devoción. Se les representa manteniendo una gran intimidad y una estrecha comunión con Dios. Cuán indispensable que los ministros de Cristo vivan cerca del Señor, mantengan una estrecha comunión con los cielos.

3. De distinguida santidad. Los que lleváis los vasos del Señor, etc., como los sacerdotes de antaño. No solo participantes de las gracias ordinarias del Espíritu, sino adornados con los frutos maduros de la santidad para la gloria de Dios.

II. El segundo símbolo es el de un hombre. A la santidad del querubín debe unirse la simpatía de la humanidad santificada. Como hombres, los ministros cristianos son ...

1. Ser influenciado por su relación con Jesús como Cabeza de la Iglesia. Deben tener su mansedumbre, humildad, humildad, deseo de trabajar, disposición para sufrir, etc.

2. Sentir por sus compañeros pecadores una compasión peculiar. Son sus hermanos, de una sangre, espíritu y destino.

3. Conocer su propia insuficiencia y total dependencia de la bendición de Dios. Este tesoro en vasos de barro, etc. Pablo plantó, etc.

III. El tercer emblema era la cara de un león. Con esto debemos entender la fuerza y ​​la magnanimidad que son necesarias para la oficina ministerial. El ministro cristiano debe ser fuerte en la gracia que es en Cristo Jesús. Debe ser fuerte para resistir el mal, mantenerse firme en el conflicto y comportarse como un hombre de Dios.

IV. El cuarto símbolo es el del águila. Por esto--

1. Se describe el verdadero carácter del trabajo del ministro. Tiene que ver con cosas espirituales. No enseña filosofía, ciencia, economía, legislación, sino las verdades del reino de Dios, el conocimiento del camino de la salvación.

2. El símbolo del águila también puede estar diseñado para expresar su ardor y celo. El ministro de Jesús debe ser instantáneo, serio, enérgico, celosamente afectado en todo lo bueno.

3. Su alma anhela con intensa ansiedad por los pecadores que perecen. Solicitud--

1. Que se aprecie siempre el carácter solemne del oficio y que se mantenga día a día un vivo sentido de su importancia.

2. Que los gloriosos resultados de la fidelidad en el servicio del Salvador se animen a la constancia y perseverancia. ( J. Burns, DD )

La combinación de facultades en la vida espiritual.

En el poder de esta vida, no importa dónde estemos ni en qué condiciones nos encontremos, encontramos la suficiencia de la gracia. Ruskin, en su amor ' Meinie s, describe el Phalerope, un extraño pájaro que vive fuera del camino de los seres humanos, en las regiones polares de Groenlandia, Noruega y Laponia, al que llama ‘El Ártico Hada’. Es un tipo central de todo el poder de las aves, pero con los dones de los elfos añadidos: vuela como una alondra, tropieza con las hojas de los nenúfares como un hada, nada como un pato y vaga como una gaviota, habiendo sido visto a sesenta millas de la tierra; y finalmente, aunque vive principalmente en Laponia e Islandia, se le ha visto nadando serenamente y atrapando moscas en el agua caliente de los géiseres, en las que un hombre no podía sostener su mano.

Así como el pájaro anterior tiene una combinación de facultades, el don de la Vida Eterna personificada en Cristo confiere facultades de gracia que nos permiten estar en la clara luz del santo trono de Dios, que nos da poder para soportar la ardiente prueba, que nos equipa. para el conflicto con el gran adversario, que nos dota de perseverancia en el camino áspero de la vida, que se vigoriza con fuerza en la obra del Evangelio, que nos envuelve con paz y alegría en tiempos de persecución, y que ennoblece todo nuestro ser, porque nosotros son elevados al reino del amado Hijo de Dios. ( Huellas de la verdad ) .

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