Cuando, pues, vereis la abominación desoladora.

El gran juicio

La profecía no se agotó de ninguna manera por lo que le sucedió a Jerusalén. Aunque comienza allí, no se detiene allí. La historia se repite.

1. Si los últimos días de Jerusalén fueron días calamitosos, tiempos de gran tribulación, violencia y guerra, así será en el período final del mundo actual.

2. El día del juicio de Jerusalén vendrá en un curso aparentemente natural de las cosas, así también será en la venida del gran día. Tendrá mucho menos de lo inmediatamente sobrenatural de lo que imaginamos.

3. Si esas últimas arcillas de la vieja economía fueran días de abundantes falsedades y engaños, lo mismo volverá a ocurrir.

4. Los fanáticos en los días de los problemas de Jerusalén de ninguna manera creerían lo que les esperaba, o la iniquidad que estaban cometiendo en nombre de la verdad. Confiaron en los privilegios de su pacto. Así será al final.

5. No nos quedamos sin consuelo y esperanza. Hubo un elegido que escapó de la destrucción cuando cayó Jerusalén. Jesús salvará a los suyos en el día de la condenación. ( JA Seiss, DD )

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