Y se los llevó a todos.

La moraleja de los accidentes

I. ¿Qué debemos pensar? Ahora recopilemos y enumeremos algunos pensamientos que debemos pensar cuando estamos considerando cosas tristes que suceden.

1. ¿Cuántos accidentes son leves en cuanto al daño que causan en comparación con el servicio de la lección que enseñan?

2. De cuántas cosas “van a pasar” nos salvamos cuando la pérdida y el peligro parecen inminentes.

3. Cuán manifiesta y honorable es la obra y el coraje del hombre para evitar accidentes y disminuir el daño que causan.

4. Cuán incesante es la operación benéfica de las grandes leyes naturales, y cuán variados son sus beneficios.

5. Cuán descuidado y falso es el trabajo de muchos hombres; cuán necesario es que tengan una advertencia a la que prestarán atención. Y con qué frecuencia, después de todo, ocurre el accidente correcto, obviamente, en el momento correcto y para el tipo de persona correcto.

6. Cuán cierto es que la infidelidad en el trabajo traerá desastres, pequeños y grandes, que son mal llamados cuando los llamamos “accidentes”; porque, aunque no lo sabíamos, podríamos haber sabido que seguramente sucederían. Y-

7. Cuán cierto es, también, que, si ocurre algo favorable para nosotros inesperadamente, no podremos aprovecharlo a menos que seamos hombres de algún recurso y algún carácter.

II. Llegamos ahora a nuestra segunda pregunta: ¿qué vamos a hacer? Entonces, ¿qué vamos a hacer? No debemos comer, beber y casarnos, descuidados de la forma en que hacemos estas cosas y sin tener en cuenta nuestro deber para con Dios en ellas, como si el mundo, que puede cuidarse a sí mismo, se ocupara de nosotros sin cualquier buena atención por nuestra cuenta. Debemos preguntar y obtener respuesta a la pregunta: “¿Qué debo hacer para ser salvo? “Permítanos, viendo que tanto de lo que tenemos puede ser en cualquier momento presa del saboteador, acumulemos las inmateriales e imperecederas riquezas. Muchos hombres han perdido la vida por accidente; ningún hombre perdió jamás su alma por accidente. ( TT Lynch. )

El diluvio de noé

Tres reglas sin excepción

I. "vino el diluvio y se los llevó a todos".

1. Muchos en ese tiempo eran ricos. Ningún hombre rico pudo escapar con sus tesoros.

2. Había algunos en aquellos días que eran extremadamente pobres. El pobre que salió del arca murió al igual que el príncipe.

3. En aquellos días había hombres instruidos en el mundo. Su conocimiento no pudo librarlos.

4. Hubo muchos que fueron muy celosos por la causa de la religión. Su religión exterior en vano.

5. Algunos de los hombres más viejos que han vivido perecieron.

6. Se maravillaron de que Noé construyera su arca, como contrario a la razón; criticó su edificio; algunos tomaron su parte; algunos trabajaron para él. Todos de Cristo perecieron.

II. La inundación los encontró a todos comiendo, bebiendo y casándose, esto sin excepción. La masa de hombres está ocupada con intereses fugaces y descuida la salvación de sus almas. La razón-

1. La indiferencia de los hombres por su alma.

2. Incredulidad universal.

3. Que fueron siempre y enteramente dados a la mundanalidad.

III. Todos los que estaban en el arca estaban a salvo. ( CH Spurgeon. )

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