Tuyo soy, sálvame; porque he buscado tus mandamientos.

Dios dueño y salvador del hombre

I. Propietario.

1. Todos los hombres son Suyos por necesidad.

(1) Absolutamente.

(2) Irritablemente.

(3) Por siempre.

2. Todo hombre bueno es suyo por consagración. Esta entrega es el deber principal del hombre, el único acto necesario para dar valor moral y aceptación a todos los actos de la vida.

II. Salvador. "Sálvame"--

1. Por ignorar prácticamente Tus afirmaciones.

2. Por actuar de manera inconsistente con Tus pretensiones. ( Homilista. )

La súplica del creyente

I. La relación con Dios que se reivindica en el texto.

1. Su origen.

2. Su dignidad y bienaventuranza.

3. Los deberes que conlleva.

(1) Lealtad.

(2) Diligencia.

(3) Obediencia.

(4) Amor.

4. Las gracias ejemplificadas al suplicarlo.

(1) Humildad.

(2) Fe.

(3) El espíritu de adopción.

(4) Dependencia completa e implícita.

(5) Amor y devoción.

5. La evidencia que sustenta esta relación: - "He buscado tus preceptos".

II. La súplica que el salmista basa en su relación con Dios. "Sálvame." Es una petición breve, pero comprende todas las bendiciones. Es el anhelo de libertad espiritual; el anhelo de ser liberado de la esclavitud de la corrupción y el cuerpo de la muerte, el anhelo de ser transformado, renovado y santificado. ( C. F . Childe, MA )

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