Estoy turbado; Estoy muy abatido: estoy de luto todo el día.

Sobre el desaliento religioso

Aquellos que han vivido sin Cristo y solo para sí mismos, ya sea en mayor o menor grado, son propensos, cuando se les lleva a una preocupación espiritual seria, a caer en el abatimiento.

I. Para describir este desaliento. Están engañados, se imaginan que todas las cosas están en su contra; se vuelven inquietos, nerviosos, reacios a todo esfuerzo; agitado de mente, descuida todo deber; se hunden en una melancolía apática. Y todo esto los empeora. Los mundanos prescriben disipación y diversión para ellos. Ellos mismos intentan, mediante austeridades o lecturas religiosas, obtener alivio.

La Biblia no los ayuda. Creen que se vuelven cada vez más odiosos a los ojos de Dios. Algunos tratan de apartarlos de todo pensamiento religioso; otros los censuran severamente. Pero todo el tiempo el alma solo se confirma en su angustia,

II. Considere cómo se va a realizar una cura.

1. Asegurándonos de que el arrepentimiento sea real.

2. Por la seguridad de que Dios tendrá misericordia de él.

III. Obstáculos para la recepción de estas verdades.

1. Algunos insisten en que han pecado más allá de toda esperanza de misericordia.

2. Otros piensan que han cometido el pecado contra el Espíritu Santo. Pero el mismo hecho de su arrepentimiento refuta eso, porque el arrepentimiento es el don del Espíritu Santo. Él, por tanto, no puede haberlos abandonado.

3. Otros se desesperan porque han llevado a otros al pecado. Pero también lo hicieron Aarón, Manasés, Pablo y, en resumen, todos los grandes pecadores; pero aun así encontraron perdón.

4. Otros concluyen que como llevan tanto tiempo sin consuelo y paz, aunque sinceros en su búsqueda, no puede ser diseñado para ellos.

5. Sin embargo, otros se oscurecen aún más por la doctrina errónea. Se consideran predestinados a la ira.

IV. Sugerencias prácticas para los abatidos. Lea la Biblia en su totalidad. Considere sus pecados como razones para la humildad y la vigilancia, no como una prevención del perdón. Si el desaliento se repite, considérelo como su prueba y tentación, y resista ( Salmo 57:7 ). Cuida tu salud corporal. Mantén la calma y el silencio. Estar empleado de forma activa y útil. ( Thomas Gisborne, MA )

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