Quien también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

Ver. 8. En el día de nuestro Señor Jesús ] Once veces en estos diez primeros versículos (como bien observa Crisóstomo) el apóstol menciona al Señor Jesucristo, quien era para él, y debería ser para nosotros, mel in ore, melos in aure, iubilum in corde, miel en la boca, música en el oído, alegría en el corazón. (Bernardo.) Los judíos solían arrojar al suelo el Libro de Ester, antes de leerlo, porque el nombre de Dios no está en él.

Esto está mal de ellos. Pero eso está registrado para elogio de Agustín, que arrojó por los escritos de Cicerón (aunque por lo demás muy placentero para él) porque no encontró en ellos un nombre tan melifluo de Jesús.

un fluyen miel, miel de goteo; endulzado con o como con miel. Ahora raro. ŒD

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