Y David le dijo: Tu sangre [sea] sobre tu cabeza; porque tu boca testificó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.

Ver. 16. Tu sangre sea sobre tu cabeza. ] Porque aunque Saúl deseaba que lo despacharas, como has dicho, y volenti non fit iniuria: sin embargo, porque fue felo de se, como dicen los abogados ahora, un suicidio, no te era lícito ayudarlo a salir del mundo. , aunque el enemigo le había dado su herida de muerte, y por eso lo deseaba de ti. Di que por la presente no se hizo ningún daño al yo de Saúl, sin embargo, se hizo daño a Dios el Señor de la vida de Saúl, como también a la comunidad de la cual Saúl era la cabeza; así dice Santo Tomás de Aquino. a

Diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.] La mano justa de Dios sobre este Amalecita, por su mentira.

a Tho. iii. pag. 9, 47, ar. vi. anuncio. 3.

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